La legislatura se encuentra a punto de colapsar. Por un lado, el gobierno no solo ignora al Congreso (recordemos que Sánchez se había declarado dispuesto a gobernar “con o sin el concurso del poder legislativo”), sino que la ministra portavoz se jacta de que, saltándose el trámite de la discusión de unos nuevos presupuestos, el gobierno evita al Parlamento “una pérdida de tiempo”.