Inteligencia artificial y educación personalizada

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La Inteligencia Artificial (IA) es una construcción de la inteligencia humana que como todos los descubrimientos científicos, por ejemplo la energía nuclear, pueden utilizarse a favor o en contra de los seres humanos, en función de quien la utilice y para qué se utilice.

Personalización del aprendizaje

La IA puede ser una gran ayuda al servicio de los procesos de enseñanza-aprendizaje tanto en lo que tiene que  ver con la evaluación objetiva de los mismos, como en la mejora de la atención personalizada del alumnado, muy especialmente en las metodologías de atención  a la diversidad y compensación de desigualdades, acompañando el aprendizaje de los estudiantes, mientras ahorra tiempo al profesorado, para una mejor preparación de las clases, ofreciéndole contenidos educativos únicos  y,  a la vez, alineados con el currículo oficial en todas y cada una de las materias que lo componen, pues permite generar situaciones de aprendizaje completas, configurar actividades, programarlas y llevarlas al aula, para que los estudiantes puedan responder interactuando con ellas y crear diferentes tipos de ejercicios , ajustados a niveles de dificultad para adaptarse a cada alumno o alumna.

Al servicio de la evaluación del alumnado

La IA puede ayudar igualmente a evaluar por Competencias, tal y como exige la nueva Ley de Educación (LOMLOE), dando libertad de utilizar las rúbricas propias o generándolas automáticamente, siguiendo los criterios establecidos de manera precisa previamente por el profesorado, pudiendo centralizar todas las evaluaciones en un cuaderno específico, dando al profesorado el control total y simplificando su seguimiento.

Aprendizaje autónomo

El alumnado puede recibir feedback contínuo. La IA puede recomendar teoría a estudiar o generar actividades en función de las necesidades de cada estudiante en tiempo real y, a su vez, el alumnado puede preguntar cualquier duda sobre el temario introducido por el docente, basándose exclusivamente en los materiales y recursos del centro educativo.

La IA no sustituye al profesorado

La IA no sustituye al profesorado, está al servicio de la metodología, contenidos, criterios de evaluación y programación del profesorado. Y, además, alivia las tareas de corrección de cuadernos, trabajos de clases, ejercicios y exámenes, dejando más tiempo para preparar sus clases y para mayor conocimiento y atención individual de cada alumno o alumna.

Por otra parte, puede ser un instrumento eficaz para la gestión burocrática de las demandas de las Administraciones Educativas, así como para la gestión económica-administrativa que tienen que llevar a cabo los equipos directivos de los centros.

La clave está pues, en saber utilizar la IA al servicio de la mejor formación y aprendizaje del alumnado y no al revés, que el centros, el profesorado y el alumnado estén al servicio de la IA.

La IA debe ser la gran aliada de la mejora de la calidad de la enseñanza y de los mejores resultados académicos.

LA IA ha venido a ayudarnos, no a someternos

Existen ya abundantes programas a nuestra disposición para tal objetivo. Aplicaciones concretas para el aula y los centros escolares, como , por citar un ejemplo, el Asistente Educativo para centros docentes y estudiantes de Mathew.

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