Lucir el culo

205d457a-ab53-4e7c-ac8f-10389fe4c942

Desde que Quevedo escribiera su tratado sobre “Gracias y desgracias del ojo del culo” nunca, en la historia de las naciones, nadie había tenido el arrojo y el valor de sacar a la palestra a su propio culo y reivindicar su función como ha hecho Trump en la cena republicana. Allí nos dijo, tranquilo y orgulloso, que los presidentes de medio mundo hacían cola para besarle el culo esperando su benevolencia en la aplicación de los famosos aranceles.

Si alguien pudiera albergar dudas, a estas alturas, sobre la elegancia y buena cuna de Donald Trump, creo que ya se le habrán caído los palos del sombrajo dejando al descubierto la verdad del personaje. Sandro Pertini nos avisaba de que a la política española le faltaba sutileza -“manca finezza”- y hoy pienso en lo que diría hoy de la dinámica en la que nos ha colocado a todos, fuera de cualquier terreno lógico.

En política entiendo como válidas muchas cosas y actitudes, pero esta exhibición impúdica de grosería es inadmisible. Los países y sus gobiernos deben ser respetados incluso cuando sus particulares circunstancias les obligue -tristemente -a la humillación. Los enfrentamientos pueden darse, las diferencias de opinión, también. Incluso se pueden dar circunstancias de abierto enfrentamiento, pero la grosera exhibición de poder es inadmisible, máxime cuando no tenemos pruebas de que esas llamadas se estén produciendo.

Es cierto que hoy en día son pocas las cosas que podemos dar por reales y ciertas, pero la grabación del discurso de la cena en cuestión es demoledora: no hay un sólo párrafo, una sola frase aislada que contenga algo mínimamente aceptable, de manera que cualquier acción por parte de las naciones agraviadas (todas) puede ser validada simplemente reproduciendo esa exhibición impúdical.

Dadas las actuales circunstancias, la pregunta, o el deseo de muchos, se centra en las posibilidades de vencer que tiene el mundo contra Trump y las que tiene Trump de vencer al mundo unido contra él. Los USA son grandes, enormes, pero…el cabreo que se ha generado en el resto del mundo, la indignación y el clamor unánime contra lo que significa esta agresión, sobre el deseo de venganza y reparación por encima de la pretendida justicia deja expuesta la verdad desnuda y cruda: nos quiere muertos antes que libres y fuertes.

Ahora mismo, la peor noticia que puede llegarle a Trump es la respuesta basada en la tranquilidad, unión, colaboración y pleno acuerdo en establecer una zona global de libre comercio que excluya a los USA y los iguale a la España autárquica de Franco: un fracaso absoluto plagado de gasógenos en lugar de gasolineras.

No sé cómo va a acabar todo este dislate, pero me encantaría que en el culo de Trump hubiera muchos más mordiscos que besitos, sin duda.
P.D.- Tras escribir esto, se ha aplazado 3 meses la aplicación de aranceles. Más desastre sobre el caos.

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Leave A Reply