El 29 de octubre de 2025, la República Unida de Tanzania celebrará elecciones generales presidenciales, parlamentarias y locales. La Comisión Electoral Nacional (NEC), bajo control del Ejecutivo, ha descalificado a partidos de la oposición y candidatos clave, reduciendo el pluralismo a una mera formalidad.
El voto aparece más como un ritual de legitimación que como una elección libre. El partido gobernante, Chama Cha Mapinduzi (CCM), en el poder desde la independencia en 1961, asegura el resultado, mientras la Comunidad Internacional mantiene una prudente distancia diplomática.
Candidatos y dinámica política
La presidenta Samia Suluhu Hassan, tras suceder a John Magufuli en 2021, busca un mandato propio, presentándose como la garante de la estabilidad y el continuismo del CCM. No obstante, su liderazgo se enfrenta a críticas por la exclusión sistemática de la oposición.
El Chama Cha Demokrasia na Maendeleo (CHADEMA), principal fuerza rival, fue descalificado por no adherirse al código electoral impuesto, y su líder, Tundu Lissu, permanece encarcelado bajo acusaciones de traición.

Demografía, etnias y sociedad
Con más de 67 millones de habitantes, Tanzania es una de las naciones más jóvenes de África (aproximadamente el 60 % de su población tiene menos de 25 años) lo que representa una gran oportunidad para la transformación social y económica, pero también genera tensiones en un sistema con escasas vías de participación.

La mayoría de los jóvenes se concentra en las grandes ciudades (Dar es Salaam, Mwanza y Arusha), donde el desempleo y la frustración política alimentan la decepción. Las zonas rurales, más dependientes del aparato estatal, siguen siendo bastiones electorales del CCM.
Esta fractura generacional y territorial refleja un país dinámico y ansioso de cambio, atrapado en estructuras de poder que envejecen más rápido que su población.
Tanzania es uno de los países más diversos de África, con más de 120 grupos étnicos unidos bajo el ideal de cohesión nacional promovido tras la independencia por Julius Nyerere. Aunque no existe una etnia dominante, los sukuma (≈16 % de la población, cerca del Lago Victoria) son el grupo mayoritario. Les siguen otros grupos, junto a minorías árabes y asiáticas con fuerte presencia en Zanzíbar y en las zonas costeras del Índico.
En el plano religioso, el país mantiene un equilibrio delicado. Cerca del 60 % es cristiano (católicos y luteranos) y aproximadamente el 35 % musulmán (Zanzíbar, Dar es Salaam, Tanga y Pemba). Aunque la convivencia interreligiosa ha sido pacífica, la radicalización regional y el malestar social podrían convertirla en un factor de tensión política.
La sociedad civil tanzana, otrora vigorosa, opera en un entorno de restricciones legales y vigilancia constante. Organizaciones de derechos humanos, sindicatos y prensa independiente enfrentan detenciones y censura. Las iglesias cristianas y las comunidades musulmanas se han convertido en espacios de contención y mediación social, siendo uno de los pocos contrapesos simbólicos al monopolio narrativo del Estado.
Economía, transformación digital y control tecnológico
La economía de Tanzania mantiene una de las tasas de crecimiento más sostenidas del África subsahariana, con un promedio anual de entre el 4,5 % y el 5,2 %. Este dinamismo se apoya en sectores clave como el gas natural, la minería de oro, la agricultura y el turismo. No obstante, tras ese impulso se oculta una estructura económica frágil y desigual: la mayor parte del empleo continúa concentrada en el sector informal, caracterizado por su baja productividad y la ausencia de protección social.
El país cuenta con abundantes recursos naturales, entre ellos importantes reservas de gas natural, uranio, oro, diamantes y otros minerales estratégicos. En particular, se espera que el gas natural licuado (LNG) de Tanzania adquiera una relevancia creciente para la seguridad energética de la región.
No obstante, cerca de un tercio de la población vive bajo el umbral de pobreza, y la precariedad laboral juvenil (con desempleo superior al 20 %) que alimenta la frustración y la migración interna. Los sistemas de educación, salud y justicia muestran un deterioro progresivo.
El modelo extractivo (dependiente de materias primas y capital extranjero) ha reforzado el poder central económico en torno al Estado y a las élites del CCM, mientras las comunidades locales apenas participan de los beneficios. El endeudamiento con China por megaproyectos de infraestructura ya supera el 30 % de la deuda externa, lo que crea una dependencia estructural a largo plazo.
Las desigualdades territoriales se acentúan entre el interior continental y las zonas costeras, configurando una “geografía del resentimiento” donde el desarrollo parece privilegio del centro.
El turismo, pilar tradicional de ingresos, ha mostrado signos de recuperación tras la pandemia, pero enfrenta riesgos como: degradación ambiental en el Serengueti, impacto del cambio climático en la costa índica y la inseguridad regional.
El país se ha convertido en un centro emergente de conectividad en África Oriental y un laboratorio de vigilancia política. Las plataformas digitales se han vuelto, a la vez, espacios de resistencia juvenil y herramientas de control estatal.
Problemas sociales y territoriales
Bajo la apariencia de estabilidad, Tanzania enfrenta fracturas internas marcadas por la desigualdad, marginalidad territorial y descontento social.
El caso más delicado es el de Zanzíbar (antigua colonia inglesa), archipiélago semiautónomo con identidad política e histórica propia. Las heridas de la revolución de 1964 y de la unión con Tanganica (antigua colonia alemana y luego británica) nunca se cerraron del todo. Su población, mayoritariamente musulmana y de raíces árabo-africanas, mantiene una relación ambivalente con el poder central, marcado en las últimas décadas por fraudes electorales, represión policial y protestas, especialmente cuando el Civic United Front (CUF) desafió la hegemonía del CCM.
De cara a las elecciones de 2025, el malestar ha aumentado con denuncias de manipulación del registro de votantes, restricciones al voto anticipado y aumento de la presencia policial, alimentando la percepción de control desde Dar es Salaam.
Zanzíbar representa una fisura simbólica en el relato nacional: el recordatorio de que la unión tanzana es más frágil de lo que su Constitución admite. Si el continente encarna la promesa del desarrollo, el archipiélago expresa la memoria del despojo y la resistencia.
Geopolítica: el tablero del Índico
Tanzania es geopolíticamente estratégica por una combinación de factores geográficos, económicos, políticos y de seguridad regional. Está situada en la costa del océano Índico, lo que le da acceso directo a las rutas marítimas internacionales entre África, Oriente Medio y Asia.

El puerto de Dar es Salaam se ha consolidado como uno de los más importantes de África Oriental, al ser la principal salida marítima para varios países sin litoral, entre ellos Zambia, Ruanda, Burundi, Uganda y la República Democrática del Congo. Gracias a este papel estratégico, el puerto se ha convertido en un centro logístico y comercial de relevancia regional, facilitando el intercambio de mercancías y fortaleciendo la integración económica en la zona.
Su ubicación geográfica privilegiada, en el corazón de África Oriental (entre el lago Victoria, el océano Índico y el corredor de los Grandes Lagos), la otorga un notable valor geopolítico, tanto para las potencias regionales como para los actores globales interesados en la región. En este contexto, Tanzania impulsa grandes proyectos de infraestructura, como el Corredor Central (Central Corridor), que conecta Dar es Salaam con el interior del continente, y el Ferrocarril de Estándar Ancho (SGR), que busca mejorar la conectividad hacia Uganda y Ruanda, reforzando así su papel como eje del desarrollo económico del África oriental.

Su estabilidad histórica ha sido una excepción en un entorno de conflictos (Kenia; Burundi; República Democrática del Congo; Mozambique, este último afectado por la insurgencia de Cabo Delgado).
A nivel global, China se ha consolidado como el principal socio económico y financiero (ferrocarril Dar es Salaam–Morogoro–Dodoma, modernización portuaria y megaproyectos energéticos en gas e hidroeléctricas). A cambio, obtiene acceso preferencial a materias primas y puertos estratégicos del Índico, reforzando su cinturón logístico dentro de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI).
Rusia ha intensificado su cooperación en defensa y seguridad (asesoría militar y acuerdos energéticos) dentro de su estrategia africana post-Ucrania. Con una presencia discreta, busca posicionarse como garante de estabilidad frente a Occidente, apoyando a regímenes “previsibles” (comportamiento estable, controlable o fácil de anticipar, aunque no plenamente democráticos).
EE. UU, con la USAID paralizada, han reducido notablemente su apoyo en materia de desarrollo. Aun así, Washington sigue observando al país como un posible contrapeso frente a China y Rusia, aunque con una influencia cada vez menor.
La UE lleva a cabo una política de cooperación activa con Tanzania, mientras que las relaciones entre España se basan en la cooperación económica y para el desarrollo. Además, apoya a Tanzania a través de la UE en proyectos relacionados con la lucha contra el tráfico de drogas y la mejora de la seguridad marítima. Destacan las inversiones españolas en los sectores turístico —con empresas como Meliá Hotels International— y energético.
India y los países del Golfo se han consolidado como socios estratégicos. India mantiene su presencia económica histórica a través del comercio, la inversión en telecomunicaciones y la formación técnica, reforzando lazos culturales con la comunidad indo-tanzana. Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Omán amplían su influencia mediante proyectos de infraestructura, energía y agricultura, además de inversiones portuarias en el Índico. Este giro hacia Oriente Medio y el sur de Asia refleja una diplomacia económica multipolar.
Es miembro de la Comunidad de África Oriental (EAC) y de la Comunidad de Desarrollo del África Austral (SADC), lo que la coloca en el cruce entre dos bloques económicos importantes, aunque su modelo político genera incomodidad entre los socios más liberales.
Tanzania es geopolíticamente indispensable pero democráticamente prescindible. Su estabilidad interna y su control sobre recursos y corredores estratégicos pesan más que las exigencias de pluralismo o transparencia.
Terrorismo y Criminalidad Organizada
Tanzania desempeña un papel estratégico en la seguridad regional. El país participa en operaciones conjuntas contra la insurgencia islamista en el norte de Mozambique, aunque esta cooperación incrementa el riesgo de infiltración yihadista en su costa sur. En zonas costeras, la pobreza, el desempleo juvenil y la marginación social crean un entorno propicio para la radicalización y las redes de apoyo logístico.
Si bien Tanzania no enfrenta una insurgencia activa, la proximidad con la provincia de Cabo Delgado (Mozambique) genera focos de riesgo. Entre 2021 y 2023 se detectaron intentos de infiltración de pequeños grupos vinculados al Estado Islámico, neutralizados por las fuerzas de seguridad. No obstante, persisten células latentes dedicadas al reclutamiento y la financiación, aprovechando debilidades estructurales del sur del país.
En paralelo, el país enfrenta una mutación del crimen organizado, al convertirse en un punto clave en las rutas del narcotráfico entre Asia y África Oriental (cocaína desde América del Sur, heroína desde el Océano Índico, y metanfetaminas en tránsito hacia Sudáfrica). Los puertos de Dar es Salaam, Tanga y Mtwara son utilizados como corredores logísticos por redes criminales transnacionales que explotan la debilidad de los controles aduaneros. A nivel interno, han crecido mafias de contrabando vinculadas a la madera, el marfil, el oro y las piedras preciosas, en connivencia con sectores de la administración local y las fuerzas de seguridad.
Cambio climático y migraciones
El cambio climático se ha convertido en un factor estructural de vulnerabilidad y movilidad humana. Las sequías prolongadas, la variabilidad de las lluvias y la degradación de los suelos agrícolas empujan a miles de familias rurales a migrar hacia los grandes centros urbanos, donde buscan alternativas en un mercado laboral saturado.
Estas migraciones internas, especialmente desde las regiones semiáridas del centro y noroeste, están reconfigurando el mapa demográfico yampliando los cinturones de pobreza urbana. En paralelo, la deforestación, la pérdida de prados y la salinización costera amenazan medios de vida tradicionales, exacerbando conflictos por la tierra y el agua entre agricultores y pastores.
En el plano regional, es país de tránsito y refugio climático, recibiendo población desplazada de Mozambique y Burundi, afectados por inundaciones y violencia.
Epílogo

Tanzania canta en silencio su contradicción: orgullo y dolor, esperanza y desencanto. El continente sigue hablando a través de sus heridas, recordando que la dignidad no se mide en estabilidad, sino en libertad.
Y mientras las urnas se preparan para confirmar lo inevitable, la pregunta de fondo (la misma que Nyerere dejó suspendida en la historia) sigue sin respuesta: ¿puede haber paz sin justicia?
El sol desciende lento, dorando los tejados de chapa, mientras el eco del gospel aún danza en el aire. No hay frontera entre lo sagrado y lo cotidiano: la fe aquí se canta, se mueve, se celebra.
REFERENCIAS
Gobierno de Tanzania. (https://www.tanzania.go.tz/); Comisión Electoral Nacional (NEC), (National Electoral Commission (Tanzania); Embajada de España en Tanzania, (https://www.exteriores.gob.es/Embajadas/daressalaam/es). African Security Analysis (ASA), Tanzania: Tightening Political Space Ahead of the 2025 Elections, Country Brief – octubre 2025; africansecurityanalysis.org; African Union (AU), Pre-election assessment mission to the United Republic of Tanzania (11-21 June 2025), Departamento de Asuntos Políticos, Paz y Seguridad. peaceau.org Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI); Institute for Security Studies (ISS), October elections will reveal the extent of Tanzania’s democratic decline, ISS Today, 4 Aug 2025. ISS Africa; ACLED Data, The last of the hegemonic liberation parties: Tanzania’s CCM clings to power as elections loom, 14 Oct 2025. ACLED; US Embassy Dar es Salaam, Security Alert: Tanzania to hold national presidential and parliamentary elections October 29, 2025, 23 Sept 2025. tz.usembassy.gov; Southern African Development Community (SADC), Electoral Observation Mission to the 2025 General Election of the United Republic of Tanzania, Press Release, 14 Oct 2025. sadc.int; International Crisis Group (ICG), Enforced Disappearances and Crackdown on Opposition … darken Outlook for Tanzania’s Elections. Crisis Group;Información de inteligencia (SIGINT, OSINT, HUMINT…)
