Una gaviota

¿Acaso para nosotros existe más vida que aquella que dejamos atrás con cada paso que damos disfrutando de esa naturaleza a la que damos la espalda?
el cogitatio TITULO

Escribo frente a un gran ventanal que domina, desde la altura de un decimosegundo piso, un espacio grande y despejado que conforma un anfiteatro grande, claro y luminoso en el que, de vez en cuando, pasan volando solitarias gaviotas. Siempre de una en una, sin formar grupos, tranquilas y sin fijar rumbo ninguno se acercan, a veces mucho, a mi ventana sin que yo pueda adivinar el motivo de esa visita.

¿Quieren darme envidia o más bien me invitan a unirme a ellas en ese tranquilo disfrutar de los vientos que se cruzan y retuercen según llegan a los edificios que tengo enfrente? Son pájaros fuertes, recios, muchas veces crueles y agresivos cuando luchan por su vida, pero en este espacio que es tanto aire como mar y tierra; como sueño y vigilia, pensamiento y acto, las gaviotas lucen su cara más amable y más tranquila. Es como si el viento que las eleva se hubiera llevado lejos la violencia intrínseca de sus vidas.

Dan envidia esas gaviotas que parecen no tener más camino que el placentero deslizarse del aire bajo sus alas, sabedoras de los misterios que tanto tardamos nosotros en comprender sin poder ejecutar: no saben de las leyes físicas que las sustenta, pero vuelan. Nosotros conocemos esa leyes, las hemos formulado, tienen nombres que confunden la vida de los estudiantes, pero no podemos volar y acompañarlas hasta el cercano mar para descansar, relajados, flotando en las olas que les traen su comida.

Juan Salvador Gaviota sabía que la verdad de su vida, de la vida de todas las gaviotas que en el mundo son, era volar; era controlar el viento y hacer del vuelo la razón de una existencia placentera y plena: él había descubierto que no hay más verdad que las acrobacias que el viento encierra y era sabio contra la norma que regía la vida de las otras gaviotas.

¿Acaso para nosotros existe más vida que aquella que dejamos atrás con cada paso que damos disfrutando de esa naturaleza a la que damos la espalda? ¿Acaso algo más que aquella caricia que dejamos olvidada en el gesto que ya no reconocemos como propio? ¿Algo más que la mano que nos tienden o tendemos con la que se supera un miedo, un temor, un peligro o esa soledad que nos ha mordido de repente? ¿Qué saben esas gaviotas que vuelan cerca de mi ventana que yo he olvidado?

Solo es una gaviota, una sola gaviota que ni siquiera me mira, pero se que es sabia y que, además, es preciosa.

Y ayer…

Orgullo

Se suele decir que una forma de reconocer a un español es escuchar a cualquier ciudadano hablando mal de su país. Solemos tener un mal concepto propio en contra de lo que ocurre con muchos otros países que suelen exagerar las virtudes patrias y negar los defectos, por normales y notorios que estos sean. Así, España ha interiorizado la leyenda negra inventada por los ingleses para destruir el imperio americano; nos hemos creído que la Inquisición española -sí, la más longeva de Europa – fue la más sangrienta cuando los datos reales hablan, más bien, de que era la más blandita de Europa. La Inquisición alemana encabeza la clasificación de muertes de largo junto a los calvinistas suizos, verdaderos perros de la hoguera que, en proporción, se pasaron varios pueblos respecto a España. https://www.xataka.com/magnet/que-paises-quemaron-brujas-espana-pese-a-inquisicion-cazas-residuales

Bien, ejecutado el intento de salvaguardar la verdad, voy con la buena noticia: un año más, España se sale en el ranking de trasplantes y encabeza la clasificación general con mucha ventaja sobre el segundo. Los trasplantes, actividad fundamental de la excelencia sanitaria pública, ya forman parte de la normalidad y todos pensamos, de forma natural, que es una opción viable en caso de extrema necesidad. Igualmente, parece que la idea de responder positivamente a la demanda realizada por los facultativos a las familias de posibles donantes es muy bien acogida y los números de donaciones nos colocan, una vez más, en cabeza de la lista.

Es humano fijarse en los fallos de todo cuanto nos rodea, pero creo que, de vez en cuando, también hay que darse un respiro y apreciar aquello que merece la pena y que es, en su totalidad, bueno, positivo y ejemplar. Todo lo que rodea a esta actividad, en España, es modélico y sirve de guía para multitud de países que ven nuestros procesos con envidia. Sin matices, manipulaciones o recortes, somos los mejores. Así, con todas las letras.
https://www.infosalus.com/actualidad/noticia-espanoles-encuentran-ciudadanos-mas-opciones-tienen-recibir-trasplante-cuando-necesitan-20250326110412.html?_gl=11x1r2oi_gaMTM5NzYyNzc1Mi4xNzAyNjI0NDA4_ga_2HWC8HS3FS*MTc0MzAwMjUzMC4yNjMuMS4xNzQzMDAyODgwLjYwLjAuMTM1MTg4NDY0MA..

Creo que es bueno que, con la que está cayendo, podamos agarrarnos a algo tan bueno, tan esféricamente positivo, como este dato que se repìte desde hace muchos años. Mientras en otros países ya hay voces que hablan del libre comercio de órganos como una posible fuente de ingresos para los pobres, España demuestra que las adecuadas políticas públicas al respecto pueden solventar las necesidades si se potencian adecuadamente. Los datos podrían ser mejores; los casos podrían ser más y las vidas salvadas, muchas más, pero no hay que despreciar lo que se logra, día tras día, con cada donación.

Debemos pensar en que, con cada donante, se despliega un enorme dispositivo que incluye aviones, equipos, hospitales, recursos, sabiduría, eficacia y solidaridad, enormes cantidades de solidaridad, generosidad y vida, enormes, ingentes cantidades de vida renovada gracias a que España demuestra que, cuando nos ponemos, somos capaces de hacerlo bien.

¡Ahí queda eso!

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Leave A Reply