Después de las medidas radicales adoptadas del día 2 de abril por el Presidente Trump, en el que llamó “Día de la Liberación”, se produce un cambio profundo, el día 9, en donde de alguna manera, se deja en suspenso gran parte de las decisiones más problemáticas adoptadas el 2 de abril. Estas han producido una convulsión económica y política tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo. Quizás, lo más llamativo es que los efectos económicos, incluso políticos más sorprendentes han tenido el efecto más negativo en los propios Estados Unidos, que en otras latitudes.
Hay que recordar que, efectivamente, las consecuencias económicas más graves se están produciendo en la economía americana. Por un lado, se disparan los precios mientras que en Europa se contienen. Asimismo, el efecto respecto al crecimiento económico lleva a una reducción del mismo importante, incluso se habla de una posible recesión. En el caso de Europa, el efecto sobre el crecimiento es más limitado. Llama también la atención, sobre todo, la incidencia de los tipos de interés. En el caso de Europa o de la Unión Europa, el Banco Central ha decidido bajar 0,25 y ahora está a 0,50. Sin embargo, en Estado Unidos, el Tipo de Interés se ha duplicado a más del 4% en menos de 15 días, lo que tiene una enorme relevancia debido a que poseen una de las deudas públicas más grandes del mundo.
Ahora la pregunta es qué va a pasar durante estos 3 meses de prórroga, ¿se va a conseguir un acuerdo de reducción de los aranceles con determinados Estados, especialmente con la Unión Europea? Y, ¿en qué terminó va a quedar?. Hay que tener en cuenta que de momento hay un 25% para el acero y el aluminio como para todo el mundo, y el 25 % para los coches que provengan de fuera de los Estado Unidos. A esto hay que añadir que de momento ya se está aplicando el 10% a todos los productos que entran a los Estados Unidos desde cualquier parte del mundo.
Aunque se llegue a un acuerdo, que no creo que sea tan completo como algunos proponen – arancel 0, al menos para productos industriales entre la UE y EE.UU. – estas decisiones adoptadas el “Día de la Liberalización” van a tener en todo caso importantes efectos. Uno de los más relevantes es la pérdida de la confianza en la administración Trump que para las relaciones económicas es un elemento central, ya que la confianza tarda mucho en conseguirse, pero se pierde en un día, y recuperarla no va a ser tan fácil.
Por otro lado, la Unión Europea está tomando nota de que Estados Unidos empiece a ser un Estado que no es confiable, y por lo tanto, ha adoptado ya una serie de medidas para prevenir posibles cambios. A mi juicio, lo más importante es que, en el mes de enero, en Davos, unos días después de tomar posesión como presidente de los Estado Unidos, el vicepresidente de los EE.UU. dijo que había que transformar de forma profunda las relaciones comerciales con la UE. Desde ese mismo día, como ya le contestó en Davos, la presidenta y toda la Comisión Europea no han perdido un minuto en buscar nuevos socios comerciales. Como explicamos a lo largo de este boletín, va desde la India a Asia Central, pasando por la Unión Africana, EFTA, Reino Unido, Canadá, Japón….
Es decir, que lo que se pone de manifiesto con estas medidas, su aplazamiento o las contramedidas es que la relación comercial entre la UE y la posición actual de Trump no solo es diferente, ni siquiera contrapuesta, sino que es antagónica la política comercial americana actual se basa en poner aranceles y trabas al comercio, mientras que la UE desde su origen, cuando se crea el Mercado Común lo que busca es, precisamente, lo contrario, la liberalización comercial.
Por lo tanto, lo que la Unión Europea defiende y trata de aplicar es la desaparición o reducción de aranceles contingentes y otras trabas al comercio. La estrategia que se está poniendo en marcha en los Estados Unidos desde la llegada de Trump es justo lo contrario. Con ello, aunque durante estos tres primeros meses de aplazamiento se vaya a mejorar un poco la relación, va a quedar claro que es incompatible una política con otra. El mejor ejemplo de esta política europea de liberalización comercial es el reciente acuerdo entre la Unión Europea y MERCOSUR, rubricado el mes de diciembre y que esperamos que pueda entrar en vigor en unos meses. En todo caso, esta política agresiva de Trump es una oportunidad para Europa.