Reseña del libro “Cambiar la Sociedad. Recuerdos de la universidad franquista y de una transición democrática inacabada”

Francisco Alburquerque Llorens fue delegado estudiantil de la Facultad de Ciencias Políticas, Económicas y Comerciales de la Universidad Complutense de Madrid y participó activamente en la fundación del Sindicato Democrático de Estudiantes de la Universidad de Madrid (SDEUM) en abril de 1967. Posteriormente continuó en dicha facultad como profesor universitario y fue representante de la Coordinadora Estatal de Profesores No Numerarios (PNN) en el movimiento que siguió planteando la crítica a la universidad burocrática del franquismo
FRANCISCOO ALBURQUERQUE LLORENS
Reseña del libro de Francisco Alburquerque Llorens (2024): “Cambiar la Sociedad. Recuerdos de la universidad franquista y de una transición democrática inacabada”. Los libros de La Catarata, Madrid.
En su libro Disidencia y Subversión[1]elcatedrático de Historia Contemporánea Pere Ysàs escribe sobre las actividades represivas llevadas a cabo por el franquismo durante la dictadura a fin de enfrentar la creciente contestación y disidencia planteada por los movimiento obrero, universitario y vecinal, la crítica de los intelectuales, artistas y profesionales de la cultura, o la disidencia de la Iglesia católica a partir de la renovación realizada tras el Concilio Vaticano II. Según señala Pere Ysàs,, la frase “Franco murió en la cama” fue utilizada reiteradamente para mostrar la fortaleza del franquismo o la incapacidad de los movimientos de oposición antifranquistas en sus protestas y reivindicaciones.
Los políticos franquistas que en la “transición” se convirtieron en “demócratas” abrazaron con verdadero entusiasmo esta explicación de los hechos que les convirtió en los principales protagonistas de la transición posfranquista. Por su parte -lamentablemente- la fortaleza de los movimientos sociales antifranquistas fue sustituida por la dirección de los principales partidos de oposición antifranquista que se arrogaron la representación de dichos movimientos sociales, los cuales habían protagonizado la lucha política contra la dictadura.
De este modo, como señala Pere Ysàs, la debilidad de los principales partidos de la oposición antifranquista se trasladó al conjunto de las fuerzas de oposición a la dictadura, minimizando las luchas de los movimientos sociales de base que habían protagonizado. Para algunos de los que habíamos participado en aquellas luchas antifranquistas fue como si además del futuro nos arrancaran el propio pasado.
Con posterioridad, las carencias de la educación política sobre lo que fue la Transición política en España han contribuido poderosamente al desconocimiento de la dictadura y la orientación derechista que se mantuvo, lo cual se fue extendiendo posteriormente hacia la sociedad, sobre todo entre la juventud. Este libro es un modesto aporte a un debate necesario.
En suma, este no es un libro para la nostalgia, por el contrario, trata de dar cuenta de la importante resistencia y lucha colectiva del movimiento estudiantil universitario en los años sesenta del pasado siglo y el de los Profesores
La posguerra fue una continuación de la guerra en la que el régimen franquista siguió persiguiendo a los vencidos, negándose a cualquier tipo de reconciliación o amnistía para ellos. Según señala Paul Preston (1994)[2] Franco había dejado bien claro en 1937 que la victoria significaba el aniquilamiento de los republicanos y la humillación y el terror de la población que sobreviviera. De este modo, las familias republicanas, los funcionarios/as (en especial del magisterio y el profesorado), el movimiento obrero, los sindicatos y partidos políticos de izquierda (socialistas, comunistas, anarquistas), así como el liberalismo, el separatismo, la masonería, o el feminismo (que se consideraba una enfermedad peligrosa) fueron objeto de una represión minuciosa como los elementos que -según la interpretación franquista- habían provocado la decadencia de España.
Los campos de concentración que alojaron a los presos políticos permitieron utilizarlos como mano de obra forzosa y esclava en la reconstrucción de infraestructuras, en empresas públicas y privadas, o en obras para la Iglesia católica. Al mismo tiempo, la Ley de Responsabilidades Políticas de 1939 abrió el periodo de depuraciones de las instituciones del Estado y de la sociedad en general. Igualmente, desde muy temprano, la Ley sobre la Reforma de la Enseñanza Media de 1938 incorporó a la Iglesia católica en las funciones educativas, donde todavía se encuentra, financiada fundamentalmente por los Presupuestos Generales del Estado. Por su parte, la Ley de Prensa de 1938 estuvo en vigor más de 25 años, periodo en el cual no existió el periodismo como tal ya que éste fue ejercido por funcionarios del Estado encargados de mantener el monopolio de las ideas del régimen.
De este modo, el monopolio de la memoria por parte de los vencedores levantó una importante barrera política, social, cultural y económica. Detrás de todo ello se llevaron a cabo miles de ejecuciones y también muchos archivos fueron destruidos para no dejar rastro de aquellos hechos. Se estima que casi 200.000 personas fueron ejecutadas o fallecieron en las cárceles de Franco durante el periodo de 1939 a 1944. Otras 200.000 personas murieron de hambre en aquellos primeros años de la posguerra. Por su parte, el exilio republicano de 1939 alcanzó una cifra superior a las 400.000 personas.
Para realizar las oposiciones a la carrera judicial había que obtener un certificado del partido único (Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista) que mostrara la adhesión al régimen. El carácter reaccionario y conservador de una parte importante de la justicia en España aún muestra la presencia de rasgos franquistas. Durante la transición posfranquista la Ley de Amnistía de 1977 supuso el perdón de la Brigada Político Social, los jueces y tribunales de Justicia, así como de los Cuerpos y Fuerzas de la Seguridad del Estado.
“Queríamos otra universidad, abierta a todas las personas capacitadas, sin barreras clasistas, al servicio de una sociedad que proporcione una adecuada formación científica y técnica a la altura de las necesidades sociales, que contribuya al desarrollo de una cultura plural, con libre discusión y circulación de las ideas y en la que se respeten las diferencias propias de un estado plurinacional”Francisco Fernández Buey
Los principales ingredientes de la ideología del franquismo fueron la negación del liberalismo, el socialismo, el feminismo, así como la defensa de la unidad nacional (que negó las autonomías regionales) junto al intento de recuperar los mitos del Imperio, la Reconquista y la Contrarreforma. El régimen no ocultó su atracción hacia el Estado corporativo de la Italia fascista. Se trataba de convertir a las personas en súbditos útiles para el régimen. El que no era católico no era un “verdadero español”. Este aparato represor de la dictadura permaneció vigente durante los 40 años de la existencia de ésta y algunos de sus rasgos están aún presentes en una parte no menor de la población. Es evidente que la sociedad española fue evolucionando a lo largo de los años, pero el análisis de dichos cambios no puede dejar de tener en cuenta la presencia de los elementos de continuidad de muchos de los planteamientos reaccionarios que aún sobreviven hoy día. Sobre ello he querido llamar la atención en este libro.
La jerarquía de la Iglesia católica abrazó desde el primer momento lo que llamó la “Cruzada” de Franco y participó muy activamente en la tarea de “purificar” España. La terminología de la “purificación”, como ha señalado Michael Richards (1999)[3], constituyó el medio a través del cual se llevó a cabo la reconstrucción durante la posguerra. Se trataba de “limpiar” (o regenerar) España, una convicción muy difundida en los medios ideológicos católicos, falangistas y militaristas del régimen. En 1942 se creó el Patronato de Protección de la Mujer, destinado a impulsar la dignificación moral de las mujeres a través de la instrucción católica, a fin de introducir las virtudes cristianas y mantener a la familia como piedra angular de la estabilidad social. Tal como recuerda Michael Richards la pureza de la sociedad dependía de la mujer sumisa en el hogar, siendo esa su principal misión.
Asimismo, las clases populares se vieron obligadas a luchar por la mera supervivencia con la implantación de un sistema de racionamiento de alimentos y productos básicos que estuvo presente desde 1939 a 1953, y que sirvió básicamente como método eficaz de control político de la población civil, mientras el estraperlo o mercado negro y la corrupción se convertían en negocios habituales de la gestión y administración del franquismo.
En suma, este no es un libro para la nostalgia, por el contrario, trata de dar cuenta de la importante resistencia y lucha colectiva del movimiento estudiantil universitario en los años sesenta del pasado siglo y el de los Profesores No Numerarios (PNN) de universidad durante la década siguiente. Ambos movimientos se enfrentaron a la dictadura franquista reivindicando una universidad libre, democrática, crítica y abierta a todas las clases sociales, en una sociedad diferente a la que nos había tocado vivir.
nuestra generación era un colectivo social antiautoritario, partidario de una democracia participativa, solidario con el Tercer Mundo, contrario a la guerra de Vietnam, antimilitarista, y con un rechazo moral a la sociedad burguesa
Aquellas luchas fueron una importante escuela de aprendizaje en las formas de democracia participativa, aunque entonces aún no teníamos totalmente clara la diferencia existente entre la democracia participativa y las formas habituales de la democracia representativa en la cual suele pesar bastante más la presencia de los partidos políticos que las reivindicaciones planteadas desde las bases de los movimientos sociales.
La lucha contra el Sindicato Español Universitario (SEU) constituyó un objetivo fundamental del movimiento estudiantil. No se trataba únicamente de eliminar un obstáculo a nuestra libertad organizativa, sino de enfrentar al modelo fascista al que respondía. Lo que en la época republicana se llamó la “guerra escolar” que protagonizó la derecha católica integrista contra la política educativa del bienio republicano-socialista de 1931 a 1933, sigue siendo hoy un tema pendiente. Esto es, la reivindicación de una escuela laica, con neutralidad confesional, coeducación en las aulas y una pedagogía activa y moderna en lo relativo a la educación sexual y la igualdad de género, así como la necesidad de eliminar los objetivos mercantiles como lógica de funcionamiento de la educación en la sociedad.
En el libro he tratado de incorporar una reflexión sobre temas que están aún pendientes en lo que he llamado una “democracia inacabada”. Las dificultades por incorporar una visión plurinacional del Estado español tienen en el alegato franquista de la Unidad imperial de España, un elemento explicativo frente al cual no parece haberse dado aún una respuesta cultural, social y política suficiente. He situado este importante aspecto entre los temas pendientes de la democracia inacabada, al igual que la separación de la Iglesia católica y el Estado, junto a la reivindicación de una educación en valores democráticos, una cultura de diálogo, paz y reconocimiento de la igualdad y diversidad de género.
El movimiento estudiantil universitario denunció también el miserable papel desempeñado por la prensa del régimen (ABC, Arriba, El Alcázar, Pueblo, Ya, Informaciones, entre otros) que nos consideraban activistas infiltrados o “escoria a quienes había que eliminar”. Hoy, algunos medios de comunicación aún siguen practicando ejercicios de desinformación y divulgación de noticias falsas en una labor de adoctrinamiento reaccionario. Finalmente, aquel contexto de extensiva represión de la dictadura acabó alentando como respuesta la presencia del terrorismo, un hecho sobre el cual no se ha reflexionado lo suficiente.
el movimiento de PNN se situaba en contra de la burocratización que implica la figura del funcionario vitalicio en la enseñanza y éste era un punto esencial que concitó la resistencia del Cuerpo de Catedráticos de Universidad que, en no pocos casos, habían adquirido sus puestos en condiciones “patrióticas” desde los primeros años de la posguerra
Sin embargo, nuestra generación era un colectivo social antiautoritario, partidario de una democracia participativa, solidario con el Tercer Mundo, contrario a la guerra de Vietnam, antimilitarista, y con un rechazo moral a la sociedad burguesa. Francisco Fernández Buey, uno de los líderes más queridos de nuestro movimiento universitario lo resumía así:
“Queríamos otra universidad, abierta a todas las personas capacitadas, sin barreras clasistas, al servicio de una sociedad que proporcione una adecuada formación científica y técnica a la altura de las necesidades sociales, que contribuya al desarrollo de una cultura plural, con libre discusión y circulación de las ideas y en la que se respeten las diferencias propias de un estado plurinacional”.[4]
En el libro expongo igualmente la crítica de los PNN de Universidad a la universidad burocrática y nuestra reivindicación de una contratación laboral con participación democrática de los diferentes estamentos universitarios, en especial, con la opinión de los estudiantes sobre la capacidad pedagógica del profesorado. De esta forma, el movimiento de PNN se situaba en contra de la burocratización que implica la figura del funcionario vitalicio en la enseñanza y éste era un punto esencial que concitó la resistencia del Cuerpo de Catedráticos de Universidad que, en no pocos casos, habían adquirido sus puestos en condiciones “patrióticas” desde los primeros años de la posguerra.
Según una investigación sobre el poder del Cuerpo de Catedráticos de Universidad, éstos fueron el grupo de funcionarios del Estado con mayor presencia en las nueve legislaturas franquistas, por encima incluso del Arma de Infantería del Ejército de Tierra[5]. Así pues. el movimiento de PNN de Universidad puso de relieve su negativa a seguir manteniendo un sistema de oposiciones para el acceso al profesorado que durante el régimen franquista sirvió fundamentalmente para mantener el control ideológico y político en la universidad y la sociedad española durante aquellos años. Se estaba apuntando a un pilar básico de la “democracia orgánica” del fascismo español.
Pese a todo, los PNN de universidad no pudimos convencer suficientemente a los partidos políticos de izquierda que iniciaron la transición política, los cuales, en inferioridad de condiciones con las fuerzas del tardofranquismo, consideraron que nuestras reivindicaciones no eran un tema prioritario en esos momentos, una cuestión que -en mi opinión- fue un error, ya que un país que no sitúa entre los temas prioritarios la educación tiene escaso futuro como sociedad.
un país que no sitúa entre los temas prioritarios la educación tiene escaso futuro como sociedad
Para Emmanuel Rodríguez (2015)[6] “la transición supuso un cambio político y cultural, pero apenas un cambio social”. En otras palabras, la clase obrera, al igual que el movimiento universitario, el movimiento vecinal o los restantes movimientos sociales, fueron “sujetos de ruptura” durante la dictadura, pero no llegaron a ser los sujetos protagonistas del cambio, ya que acabaron siendo “representados” por una élite de los partidos de izquierda en la “transición política” tras la muerte de Franco. Así fue como la “Transición” constituyó, realmente, un periodo de “desencanto” para muchas de las personas que habíamos participado en las luchas contra la dictadura y veíamos que gran parte de la estructura institucional y sus actores se mantenían sin apenas cambios, como fue en los casos de la Justicia, la Brigada Político Social y las fuerzas de Orden Público, entre otros.
Además, la Ley de Amnistía de 1977, pensada por la izquierda antifranquista como una exigencia para la liberación de los presos políticos de la dictadura, iba a servir fundamentalmente para que la derecha pusiera un “punto final” que facilitó el que asesinos y torturadores de la dictadura no tuvieran que rendir cuentas ante la justicia democrática. Aún hoy la derecha y la extrema derecha en España quieren eliminar todo lo que tenga que ver con la memoria histórica y democrática, y prefieren la “historia oficial” que se trató de vender como ‘modélica’ en la transición española y en la cual se nos invitaba a olvidar el pasado, en un claro alegato en favor de la amnesia colectiva.
Según señala Rebeca Solnit (2015)[7], aunque la esperanza se refiere al futuro, los motivos para ella se encuentran en los recuerdos del pasado, en esas raíces que constituyen esa memoria colectiva que llamamos historia y que incluye nuestro poder como individuos capaces de mostrar el coraje necesario para enfrentar las situaciones que nos parecen injustas o inaceptables. Esa es la esperanza que nos guio a nosotros/as en aquellos años.
Aunque la esperanza se refiere al futuro, los motivos para ella se encuentran en los recuerdos del pasado Rebeca Solnit
Hoy asistimos a la irracionalidad de la guerra y el genocidio de Palestina en Gaza, la invasión de Rusia en Ucrania, la continuidad de la guerra en Sudán y la impresionante crisis humanitaria y de refugiados que todo ello supone, así como el incremento de las desigualdades y el deterioro de las rentas del trabajo junto a la continuidad de la violencia machista, y el aumento de los movimientos especulativos del capital rentista y financiero a nivel mundial, unido al auge de los planteamientos xenófobos y racistas contra la inmigración procedente del Sur, olvidando que nosotros somos en buena medida descendientes de una numerosa generación de emigrantes.
Por ello es tan importante recordar el pasado y mostrar que los movimientos sociales emergentes muestran nuestra capacidad de resistencia y enfrentamiento ante estas situaciones. Entre ellos están el movimiento feminista; el movimiento por la recuperación de los bienes comunes (sanidad, enseñanza y transporte públicos, acceso a la vivienda, banca pública, entre otros); el movimiento ecologista; el movimiento por la libertad sexual (LGTBIQ+); el movimiento antimilitarista, pacifista y antinuclear; el movimiento por la justicia climática; o el movimiento por los Derechos Humanos, entre otros.
Sobre este conjunto de movimientos sociales y políticos se levantan los procesos de cambio transformador. De ahí la importancia de la memoria y la acción política consecuente. Sin ello, los procesos de cambio tardan mucho más en aparecer. Cambiar la sociedad requiere ponerse a ello y divulgar nuestra lucha contra la dictadura, combatiendo la amnesia, lo que se nos pidió con la Ley de la Amnistía de 1977. Ese ha sido el motivo principal al escribir el libro.
FRANCISCOO ALBURQUERQUE LLORENS
“Cambiar la Sociedad. Recuerdos de la universidad franquista y de una transición democrática inacabada”. Editorial Catara
Publicado en nuestros amigos de

Aprendemos entre todos
[1] Pere Ysàs Solanes (2004): Disidencia y Subversión. La lucha del régimen franquista por su supervivencia, 1960-1975. Ed. Crítica, Barcelona
[2] Paul Preston (1994): Franco, caudillo de España. Editorial Debate. Barcelona.
[3] Michael Richards (1999): Un tiempo de silencio. La guerra civil y la cultura de la represión en la España de Franco, 1936-1945. Ed. Crítica, Barcelona.
[4] Francisco Fernández Buey (1991): “Estudiantes y profesores universitarios contra Franco. De los sindicatos democráticos estudiantiles al movimiento de profesores no numerarios (1966-1975)”, en Juan José Carreras y Miguel Angel Ruiz Carnicer (eds): La universidad española bajo el régimen de Franco (1939-1975). Instituto Fernando el católico, Zaragoza, 1991.
[5] Rafael Bañón Martínez (1977): “Burocracia, burócratas y poder político”. Información Comercial Española, número 522, Ministerio de Comercio, febrero, Madrid.
[6] Emmanuel Rodríguez López (2015): ¿Por qué fracasó la democracia en España? La Transición y el régimen del 78. Editorial Traficantes de Sueños, Madrid.
[7] Rebeca Solnit (2015): Esperanza en la oscuridad. La historia jamás contada del poder de la gente. Capitán Swing Libros S.L., Madrid.

- Elecciones en Moldaviapor Carlos Uriarte SánchezEl triunfo del Partido Acción y Solidaridad (PAS), hará que su líder, Igor Grosu, se convertirá en el próximo ministro de Moldavia, y gracias, a la mayoría absoluta alcanzada, su gobierno podrá llevar a cabo las reformas necesarias para que su país alcance los diferentes criterios necesarios para la plena incorporación de Moldavia a la Unión Europea,
- Moldavia: un tablero geopolítico en tensiónpor Adalberto AgonzinoAdalberto Agozino El domingo 28 de septiembre de 2025 Moldavia celebró unas elecciones parlamentarias observadas con atención por Bruselas, Moscú y las capitales vecinas. Contenido: El resultado de los comicios
- El PP aspira a liderar el espacio de la ultraderechapor Ricardo PeñaEl objetivo implícito es disputarle los votos a Vox y ofrecer un perfil atrápalotodo que Al PP permita captar electores desde el centro sociológico hasta la extrema derecha. Se juega que el PP siga siendo el partido mayoritario de la derecha. El análisis es erróneo
- La Protagonistapor Alberto MorateBlues escénico Alberto Morate Uno, o una, puede ser muchas cosas al mismo tiempo. Se puede ser católico y no creyente, se puede ser progresista y reaccionario, se puede ser
- No es tan fiero el león como parece, sobre todo si está solopor Francisco AldecoaA pesar de que durante el verano se ha aceptado en gran parte de nuestra opinión pública que Trump tenía un poder casi omnipotente en la política mundial y que Europa no existía, y que nos habíamos “convertido en vasallos”, en esta última semana se aprecia que Trump, como buen león, cuando se siente solo, cede, y acepta en gran medida la influencia europea, y de otros países de la sociedad internacional.
- El desafíopor Juan Carlos Rodríguez IbarraEl PP debería decir al país claramente cuál es su resto y su estrategia en el envite semanal separatista. El PSOE debería explicitar claramente su apuesta federal.
- Análisis del libro La venganza de la geografía de Robert D. Kaplanpor Adalberto AgonzinoAdalberto Agonzino Robert D. Kaplan publicó La venganza de la geografía en 2012, en un momento de transición geopolítica marcado por el ascenso de China, las guerras de Oriente Medio
- Mi alma tiene prisapor PereiraMario de Andrade Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora…Me siento como aquel niño que ganó
- La Obligación de Gobernar: Por qué la ausencia de Presupuestos no es una opciónpor Editorial LaDiscrepanciaEn un sistema parlamentario como el español, la negociación es la esencia misma del gobierno. El Ejecutivo no fue investido para evitar el desgaste, sino para liderar el complejo proceso de construir mayorías. Los presupuestos son, por excelencia, el instrumento de esa construcción.
- OCTUBRE DE ESPERANZA SAHARAUIpor Álvaro Frutos RosadoEn el conflicto del Sahara, quizá estemos ante el inicio del fin de una espera que ha durado medio siglo. Porque lo que el Sáhara necesita ya no son quimeras, sino futuro.
- 80º Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (Nueva York, 2025)por Pedro Fuentetaja RubioLa Asamblea General, con presencia de líderes de todo el mundo, evidenció la creciente fractura entre Occidente, BRICS y el Sur Global. España defendió un multilateralismo activo, en un contexto
- “No se trataba de llegar al poder, sino de cambiar la sociedad”por LADISCREPANCIAReseña del libro “Cambiar la Sociedad. Recuerdos de la universidad franquista y de una transición democrática inacabada” Francisco Alburquerque Llorens fue delegado estudiantil de la Facultad de Ciencias Políticas, Económicas
- Informe Flash SIGINT/EW – Rusia intensifica injerencias y sabotajes contra Europapor Pedro Fuentetaja RubioEn los últimos días, Rusia ha multiplicado las acciones de injerencia y sabotaje híbrido contra Europa, con especial énfasis en el terreno electrónico y de señales (SIGINT/EW). La estrategia combina
- El naufragio del consenso y la encrucijada política actualpor Juan de Justo RodríguezEspaña, un rumbo extraviado Juan de Justo España ha perdido su rumbo. Más que una frase hecha, se trata de una realidad tangible, el reflejo de una gestión política que,
- Un Acuerdo histórico entre Azerbaiyán y Armenia.por Carlos Uriarte SánchezEn busca la paz, la cooperación y la prosperidad en el Cáucaso Sur Carlos Uriarte Sánchez El 20 de septiembre Azerbaiyán celebró el Día de la Soberanía Nacional que conmemora
- Las malaventuras del Emperador del Universo a orillas del East Riverpor Sergey SysoevRusia, y sus enemigos de verdad también, tienen suerte de que el Presidente de Rusia se llama Vladimir Putin, y no Donald Trump, o Benjamin Netanyahu… De lo contrario, hace mucho tiempo que este mundo se podría haber quemado en el fuego de la locura termonuclear.