Error, ¡no se ha establecido el ID del anuncio! ¡Comprueba tu sintaxis!

No hay problema, la política es sesión continua.

Sánchez, por el contrario, ha optado por la construcción de una izquierda emocionalmente atractiva, en el atractivo que tenga levantar un muro como en tiempos pasados.
sanchez y mujica
Sánchez y Mujica: dos películas muy distintas

Pedro Sánchez ha vuelto de su gira por Sudamérica con una mochila cargada de imágenes cuidadosamente seleccionadas, gestos medidos al milímetro, y una narración que busca proyectar liderazgo global en clave progresista para su bloque. Sin embargo, bajo esta puesta en escena se esconde una estrategia de gestión simbólica que merece ser analizada desde el prisma de la psicopolítica contemporánea. Su encuentro con Lucía Topolansky, viuda de Pepe Mujica, en la chacra de Montevideo, lugar donde reposan las cenizas del expresidente uruguayo, no fue simplemente una visita diplomática o afectiva: fue un acto de apropiación simbólica, una maniobra calculada que abre interrogantes profundos sobre los límites del gesto político y la vacuidad del poder cuando este se reduce a la estética.

Una gira sin contenido internacional

La gira de Sánchez tenía, aparentemente, una finalidad diplomática: reforzar lazos con América Latina en un momento de creciente interés geopolítico por la región. Pero más allá del protocolo, los acuerdos firmados fueron escasos, los encuentros superficiales y la agenda poco sustancial. La política exterior quedó reducida a una secuencia de imágenes: saludos afectuosos, sonrisas bien entrenadas y escenarios cuidadosamente elegidos. Lo importante no era tanto lo que se hacía, sino, una vez más, cómo se mostraba.

Este tipo de actuaciones responden a una lógica profundamente psico política: el poder ya no se ejerce exclusivamente desde la gestión o desde la ideología, sino desde la producción simbólica. El líder se convierte en influencer institucional, en administrador de gestos con una finalidad emocional más que programática. Lo que importa no es el contenido, sino el relato.

Mujica: la contracara ética del espectáculo

Si hay una figura que representa lo contrario a esta lógica, es José “Pepe” Mujica. Durante su mandato entre 2010 y 2015, vivió en una chacra austera, donó gran parte de su salario, se desplazaba en su viejo Volkswagen Fusca y evitaba cualquier exceso de exhibición. No por timidez, sino por convicción ética. Mujica entendía el poder como servicio, no como espectáculo. Sus gestos tenían coherencia con su pensamiento, y su pensamiento con su modo de vida. No necesitaba performar autenticidad; la encarnaba.

La visita de Sánchez a Lucía Topolansky bajo la secuoya donde reposan las cenizas de Mujica es problemática en muchos sentidos. En primer lugar, porque Mujica no es un icono a disposición del marketing político de un pequeño europeo infuloso. Su legado no debe ser instrumentalizado como decorado de una gira diplomática sin sustancia. En segundo lugar, porque hay una disonancia fundamental entre los principios que regían la vida de Mujica y la manera en que Sánchez ha construido su imagen pública.

La estética del Falcon: Sánchez y la iconografía del poder

Desde que Pedro Sánchez asumió el liderazgo del PSOE y luego la presidencia del Gobierno, ha cultivado con esmero una estética del poder que se aleja de la tradición socialista de austeridad y cercanía. Las gafas de sol en el Falcon, su entrada rodeado de militares durante la pandemia, las sesiones de jogging en mallas difundidas en redes, los paseos entre aplausos tras derrotas electorales, todo responde a una lógica de construcción emocional e icónica del liderazgo, muy burda por cierto, con un asesoramiento manifiestamente mejorable.

Estas “veleidades icónicas”, como podríamos llamarlas, crean una narración donde el líder se sitúa por encima de la contingencia política. No importa tanto si pierde o gana; lo esencial es cómo entra en escena, cómo se muestra ante los focos. Es una política del gesto, del encuadre perfecto, que sustituye la deliberación democrática por la dramaturgia emocional. La pregunta no es: ¿qué prefieres a Feijoo y a la extrema derecha?

El problema no reside solo en el narcisismo estético, sino en la pérdida de contenido de lo que para el progresismo significa un correcto entendimiento de lo que es el funcionamiento democrático. Cuando el gesto sustituye al programa (políticas públicas), cuando la imagen ocupa el lugar de la propuesta, la política se convierte en un simulacro.

Video distribuido por el PSOE y el gobierno sobre la sita de Pedro Sánchez a la viuda de Pepe Mujica

Psicopolítica: del gobierno de la palabra al gobierno del gesto

La psiacopolítica, entendida como forma de gobierno a través de las emociones, los símbolos y la construcción de imaginarios, ha desplazado las formas tradicionales de gestión pública. Sánchez ha comprendido esto con gran destreza: ha aprendido a moverse en el terreno de lo simbólico, donde los gestos valen más que los logros, y donde el liderazgo se mide por la capacidad de generar empatía fervorosa No la la transformación social que anhelaba Pepe Mujica.  

Esta forma de gobernar tiene límites. Porque cuando se abusa del gesto, cuando se repite la fórmula sin contenido que la respalde, se corre el riesgo de que al respetable no le importe ver al líder caer al vacío. La imagen se desgasta, la emoción se ve artificial, el electorado, hasta el propio, comienza a percibir la disonancia entre lo que te están contando y lo que tú ves.

De la izquierda icónica a la izquierda ética

Sánchez se reivindica como progresista. Pero ser de izquierdas es algo más que asumir etiquetas o exhibir referentes. Ser de izquierdas implica defender lo común, sostener la justicia social, priorizar la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace  y sobre todo ello tener muy claro que el socialismo democrático  es profundizar en la democracia, pero creo que sobre esto tendremos que volver, pues hoy, eso parece, se está olvidando. Mujica representaba eso: una izquierda ética, sencilla, sin aspavientos. Donde responder ante las Cámaras es hacerlo ante la ciudadanía.  Una izquierda que incomodaba precisamente porque no buscaba seducir, sino mejorar las condiciones de vida de la mayoría, no solo de los conmilitones.

Sánchez, por el contrario, ha optado por la construcción de una izquierda emocionalmente atractiva, en el atractivo que tenga levantar un muro como en tiempos pasados. Una izquierda que se atrinchera para reforzarse políticamente, pero que omite la autocrítica, por viejuna. Una izquierda que se mira complaciente al espejo más que al futuro. La utilización de la memoria democrática de Mujica en esta gira no solo revela esa estrategia, sino que la lleva al extremo. Intentar medirse con Mujica es, de por sí, arriesgado. Intentar utilizarlo como decorado, es un error ético.

¿Qué nos queda? La pregunta que queda flotando es incómoda: ¿qué queda de la política cuando el impacto mediático lo coloniza todo? ¿Qué sucede cuando incluso los referentes éticos son absorbidos por la maquinaria la apariencia?

Pedro Sánchez ha demostrado habilidad para sobrevivir en un entorno político hostil, para reconstruirse tras derrotas internas, para resistir embates externos. Pero en esa reconstrucción ha optado por una estrategia simbólica que lo aleja cada vez más de la izquierda de verdad. La visita a la chacra de Mujica no fue un homenaje; fue un intento de “ser el muerto en el entierro”; la boda, el bautizo, ya saben… Y como todo intento de captura simbólica, cuando la película termine empezará otra, esto es sesión continua.

La izquierda española necesita menos Falcon y más Fusca. Menos gafas de sol y más miradas al interior. Menos postureo y más coherencia. Porque, como decía Mujica, “el poder no cambia a las personas; sólo revela quiénes realmente son”.

  • Elecciones en Moldavia
    El triunfo del Partido Acción y Solidaridad (PAS), hará que su líder, Igor Grosu, se convertirá en el próximo ministro de Moldavia, y gracias, a la mayoría absoluta alcanzada, su gobierno podrá llevar a cabo las reformas necesarias para que su país alcance los diferentes criterios necesarios para la plena incorporación de Moldavia a la Unión Europea,
  • Moldavia: un tablero geopolítico en tensión
    Adalberto Agozino El domingo 28 de septiembre de 2025 Moldavia celebró unas elecciones parlamentarias observadas con atención por Bruselas, Moscú y las capitales vecinas. Contenido: El resultado de los comicios del
  • El PP aspira a liderar el espacio de la ultraderecha
    El objetivo implícito es disputarle los votos a Vox y ofrecer un perfil atrápalotodo que Al PP permita captar electores desde el centro sociológico hasta la extrema derecha. Se juega que el PP siga siendo el partido mayoritario de la derecha. El análisis es erróneo
  • La Protagonista
    Blues escénico Alberto Morate Uno, o una, puede ser muchas cosas al mismo tiempo. Se puede ser católico y no creyente, se puede ser progresista y reaccionario, se puede ser alegre
  • No es tan fiero el león como parece, sobre todo si está solo
    A pesar de que durante el verano se ha aceptado en gran parte de nuestra opinión pública que Trump tenía un poder casi omnipotente en la política mundial y que Europa no existía, y que nos habíamos “convertido en vasallos”, en esta última semana se aprecia que Trump, como buen león, cuando se siente solo, cede, y acepta en gran medida la influencia europea, y de otros países de la sociedad internacional.
  • El desafío
    El PP debería decir al país claramente cuál es su resto y su estrategia en el envite semanal separatista. El PSOE debería explicitar claramente su apuesta federal.
  • Análisis del libro La venganza de la geografía de Robert D. Kaplan
    Adalberto Agonzino Robert D. Kaplan publicó La venganza de la geografía en 2012, en un momento de transición geopolítica marcado por el ascenso de China, las guerras de Oriente Medio y
  • Mi alma tiene prisa
    Mario de Andrade Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora…Me siento como aquel niño que ganó un
  • La Obligación de Gobernar: Por qué la ausencia de Presupuestos no es una opción
    En un sistema parlamentario como el español, la negociación es la esencia misma del gobierno. El Ejecutivo no fue investido para evitar el desgaste, sino para liderar el complejo proceso de construir mayorías. Los presupuestos son, por excelencia, el instrumento de esa construcción.
  • OCTUBRE DE ESPERANZA SAHARAUI
    En el conflicto del Sahara, quizá estemos ante el inicio del fin de una espera que ha durado medio siglo. Porque lo que el Sáhara necesita ya no son quimeras, sino futuro.
  • 80º Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (Nueva York, 2025)
    La Asamblea General, con presencia de líderes de todo el mundo, evidenció la creciente fractura entre Occidente, BRICS y el Sur Global. España defendió un multilateralismo activo, en un contexto de
  • “No se trataba de llegar al poder, sino de cambiar la sociedad”
    Reseña del libro “Cambiar la Sociedad. Recuerdos de la universidad franquista y de una transición democrática inacabada” Francisco Alburquerque Llorens fue delegado estudiantil de la Facultad de Ciencias Políticas, Económicas y
  • Informe Flash SIGINT/EW – Rusia intensifica injerencias y sabotajes contra Europa
    En los últimos días, Rusia ha multiplicado las acciones de injerencia y sabotaje híbrido contra Europa, con especial énfasis en el terreno electrónico y de señales (SIGINT/EW). La estrategia combina ciberataques,
  • El naufragio del consenso y la encrucijada política actual
    España, un rumbo extraviado Juan de Justo España ha perdido su rumbo. Más que una frase hecha, se trata de una realidad tangible, el reflejo de una gestión política que, por
  • Un Acuerdo histórico entre Azerbaiyán y Armenia.
    En busca la paz, la cooperación y la prosperidad en el Cáucaso Sur Carlos Uriarte Sánchez El 20 de septiembre Azerbaiyán celebró el Día de la Soberanía Nacional que conmemora las
Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Leave A Reply