Más allá de la carrera armamentística: Una llamada a la cordura y la visión estratégica
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El debate europeo sobre seguridad y defensa se ha terminado por convertir en un laberinto de retórica belicista, donde la urgencia y el miedo nublan la razón. La reciente insistencia en aumentar la inversión militar, disfrazada de eufemismos como «seguridad» y «defensa», oculta una realidad peligrosa: el impulso hacia una nueva carrera armamentística. Nadie puede negar las evidencias. Esta tendencia, lejos de garantizar la seguridad, podría desatar una espiral de inestabilidad, recordándonos las sombrías palabras de Tucídides: «La guerra es el padre de todas las cosas».
Todo termina simplificándose. No sólo por los medios de comunicación donde los tertulianos se aproximan al tema con su experiencia “tutológicas” de todo lo que pasa como “activistas” de la realidad. Los políticos y los dirigentes especialmente han adoptado la fea costumbre de pensar que los ciudadanos son tontos y pertenecen a tiempos pasados. Estamos a poco tiempo de que alguno proclame desde la tribuna aquello del prócer Serrano Suñer (cuñadísimos de Franco): “Rusia es culpable” y nos incite a alistarnos a una renovada División Azul y que como aquel personaje a encontrar nuestra identidad patriótica en que: “el exterminio de Rusia es una exigencia de la historia y del porvenir de Europa«.
La trampa del lenguaje y la memoria histórica: Un eco del pasado y una advertencia para el futuro.
La distinción entre «seguridad/defensa» y «armamento» es una artimaña semántica, permítanme que lo diga, que busca suavizar el impacto de políticas que, en esencia, alimentan el complejo militar-industrial. Como señala el analista de seguridad internacional,. Esta reflexión resuena con la vieja y vigente sabiduría de Cicerón: «La verdadera seguridad proviene de la virtud y la sabiduría, no del poderío militar».
Un modelo europeo alternativo: La «locura organizada», la identidad europea y la responsabilidad global.
Europa, con su rica tradición humanista, tiene la oportunidad de ofrecer un modelo de seguridad alternativo, basado en la paz, la cooperación y el desarrollo sostenible. Muchos consideran esto utópico, no menos que pensar que en unos meses estamos dotados como europeos de autonomía estratégica en Defensa. Concepto este que lleva muchas más cosas en la mochila que el fusil. Como denunció Willy Brandt en «La locura organizada» (1985), la carrera armamentística y el hambre en el mundo son dos caras de la misma moneda. Brandt afirmó: «La seguridad no se puede comprar con armas, sino con justicia y paz«. Eso si que es un paradigma progresista y socialdemócrata. Europa no puede permitirse el lujo de repetir los errores del pasado, donde la «locura organizada» de la carrera armamentística solo condujo al miedo y a la frustración colectiva.
La identidad europea no se construye con belicismo. El fundamento de la Unión Europea reside en la superación de los conflictos mediante la integración y la cooperación. La paz y la estabilidad son los pilares sobre los que se asienta el proyecto europeo. Abandonar estos principios sería traicionar nuestra propia esencia y nuestra responsabilidad global. Europa debe ser un faro de esperanza, no un ejemplo de militarización, para eso ya están otros.
La madurez de la sociedad europea, el dilema de Brodie, la falta de claridad y la necesidad de liderazgo visionario
Los líderes europeos deben reconocer la madurez de su ciudadanía. El miedo y la retórica bélica, con referencias a «kits de supervivencia» y «preparación para la guerra», son contraproducentes para los que los formulan y dicen evitar el crecimiento de la extrema derecha. La sociedad europea demanda un discurso de esperanza y cooperación, no de confrontación. Aquí, las reflexiones de Bernard Brodie, vuelven a tener sentido, sobre la disuasión adquieren relevancia. Brodie, en su obra «Guerra y política«, advirtió: «La guerra ha adquirido un carácter totalmente diferente desde la invención de las armas nucleares«. En el contexto actual, donde la disuasión se extiende al ciberespacio y a las tecnologías emergentes, este dilema se agudiza. No varia ni un ápice.
Pensemos un instante. Uno de los problemas que los europeos achacan a las instituciones europeas es la falta de claridad y el cambio constante de agendas y estrategias. Esta inestabilidad genera desconfianza y dificulta la construcción de un proyecto común sólido que es la mayor arma defensiva. Además, no nos engañemos, muchos líderes europeos están más pendientes de sus futuros políticos que de las soluciones a largo plazo. Esta miopía dificulta la toma de decisiones estratégicas y la construcción de un proyecto europeo sólido de verdad. Europa necesita líderes visionarios, no épicos, que prioricen el bienestar de sus ciudadanos y la estabilidad global.
Más allá del porcentaje de inversión: Seguridad integral, diplomacia preventiva y una llamada a la cordura
La defensa no se reduce a un porcentaje del PIB destinado a armamento. La seguridad integral abarca de inicio la identidad compartida es la mejor defensa civil. Luego también sin duda la ciberseguridad, la lucha contra el cambio climático, la diplomacia preventiva y la cooperación internacional. Como afirma la ex alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini, «la seguridad europea se construye con alianzas sólidas y con la promoción de la paz y la estabilidad en nuestro entorno«. Esto era hasta antes de ayer y también escuchar a ese entorno, con menos eurocentrismo que es occidentalismo trans atlántico.
Es hora de que los líderes europeos escuchen la voz de la razón. Todos conocen la sentencia del estratega Carl von Clausewitz: «La guerra es la continuación de la política por otros medios«. Sin embargo, en el siglo XXI nos ha debido quedar claro que después de dos guerras mundiales, la guerra debe ser el último recurso, no el primero. En un mundo en disolución y anarquía internacional, es hora de que Europa recupere su papel como faro de paz, libertad, bienestar y esperanza. Si ese no es el camino tanto nos va a dar. Reforcemos nuestras alianzas con Iberoamérica, Canadá y Japón. Puede que nos llevemos sorpresas en esta tarea.
La gran pregunta sigue siendo: ¿Hacia dónde se dirige Europa?
La respuesta es una elección crucial y un legado para tener futuro, más que inventar el dron nuclear en Tomelloso.
Ahora bien, ¿Saben realmente los líderes europeos hacia dónde se dirigen? ¿O se dejan llevar por un discurso de seguridad que, en última instancia, prepara el terreno para una nueva era de confrontación? La tradición humanista europea nos invita a buscar alternativas inteligentes, a construir un modelo de seguridad que sea un espejo para otras sociedades. Insisto, un modelo basado en la paz, la libertad, la cooperación, el bienestar económico y la sostenibilidad ambiental. Europa tiene la oportunidad de dejar un legado de paz y prosperidad para las futuras generaciones. Ingenuo, sin dudas, es el problema de no cambiar de convicciones de telediario a telediario.
Y puestos a buscar referencias de estrategas me quedo con el chino Sun Tzu: «La mejor victoria es vencer sin combatir».
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¿HACIA DONDE SE DIRIGE EUROPA?
7 comentarios
Acertado artículo, como todos, destacando una situación social e incierta, como la que
Nos envuelve de forma acusada en estos momentos. Os habéis convertido en el sentir de tantos ciudadanos que pensamos lo mismo.
Enhorabuena
Hola Álvaro. Me ha gustado, creo que las dos estrategias son complementarias. Me da que en esta ocasión hay que sorber y soplar al mismo tiempo. Un abrazo. Rubén.
Estando muy de acuerdo con la aproximción, creo que el verdadero problema es que la política europea sigue afrontando el próximo futuro desde la disvisión administrativa que configura la UE y eso, creo, es un error. Si se quiere presentar al mundo un modelo coherente con los valores de Europa, hay que dar el paso del que nadie habla y crear un estado único, eficaz, humanista y fuerte llamado EUROPA. Seguir en el intento de ganar el futuro con estructuras políticas tan antiguas como los países europeos, es remar en seco: no se avanza.
Muy bueno el artículo que sobre todo nos hace reflexionar y tomar medidas contra nueva guerra Mundial.
Hay que ser realista y la guerra comercial ya está en marcha el mundo intentan repartirselo entre tres Nacines , los EEUU ,Rusia y la China y la Unión Europea tendrá que decidir con quién va a pactar y en mi opinión creo que lo mejor sea la China pues EEUU y Rusia pretenden repartirse Europa mientras que China prefiere llegar a un acuerdo con la UE.
Creo sinceramente que estamos en una situación complicada y tenemos que tomar desiciones
Un buen artículo contracorriente
Muy bien escrito. Pero qué propones? Defender Europa con nuestra superioridad moral? Los Estados Unidos de Trump nos acusan de gorrones en materia militar y en eso, y sólo en eso, llevan razón. Ya que no podemos contar con que nos saquen las castañas del fuego, como hicieron en Serbia, y ahora en Ucrania y en los estrechos del mar Rojo, no será prudente contar con mejores y más coordinados ejércitos?
Hace falta, hoy más q nunca, escuchar la voz de sabios. La paz es la mejor invención humana. Excelente artículo. Felicito al autor, Alvaro Frutos.