Dos almas blancas
Poetas en Rusia. Poetas en la universalidad de los jardines, en los atardeceres y en todas las lenguas que pueden escribirse.
Dos poetas, Marina Tsvetayeva y Sofía Parnok aúnan sus voces, agitan sus escasas sonrisas, y se entregan a sí mismas. En una época en la que la homosexualidad no estaba bien vista. Donde y cuando todo eran preguntas, suspicacias, risas, mofas y escarnios.
Salen de su rutina social y se quedan en las palabras perdidas, en las miradas en el aire, en su verdad, aunque no sea la de los demás.
Mas cuando se encienden las luces tienen que partir a sus destinos vacíos e imprecisos, bajo cielos oscuros en la ingrata existencia de amarse sin ser bien vistas.
Pero ellas hablan otro idioma. El de la poesía, por supuesto, y también el del entendimiento, el de la ilusión, el del amor, en definitiva.
Irina Kouberskaya rescata esta historia de 1916, y realiza un montaje teatral altamente poético, cargado de sensibilidad, sin muchas palabras, pero con mucha intensidad, nombrando lo esencial, haciéndonos ver la presencia de las ganas de sentir, la melancolía, atrapadas en los convencionalismos de la época, consiguen detener el tiempo, hacer de su historia algo atemporal, reunir los versos a la luz de un escenario.
Rocío Osuna y Catarina de Azcárate son las encargadas de dar cuerpo y vida a estas dos poetas frágiles, persistentes, tercas, emocionales, vitales.
A través de ellas y de Irina Kouberskaya nos aproximan la realidad de una época donde gobernaba el zar Nicolás II cuando empezaban las crisis políticas, la revolución con la abolición del zarismo y el inicio del gobierno comunista.
Pero lo que interesa aquí es esa historia de amor, esa relación personal entre dos poetas, lejos de la realidad social y política, en una incomprensible y brumosa conexión de dos almas sensibles tras la lluvia de críticas, en una enloquecida y creciente euforia.
Son dos almas blancas en un fondo oscuro, diosas abandonadas en su nostalgia, afinando sus corazones en un ritmo común que las une.
El montaje no está exento de cierta de amargura, matiz en nada negativo, sino acrecentado en su dimensión humana. Aquel pasado, aquella estrecha comunión se puede apreciar casi como tocándola, amontonando poemas que las reflejan a una y a otra.
Amiga es un espectáculo poético, iluminado en sus palabras y en sus gestos, desvelando secretos íntimos, en una magia desesperada de la vida.
Así fue, o quizás, no. Eso da igual, lo importante es que, por más que se quiera ocultar con el silencio o la crítica, con el miedo o la represión, con la palabrería y los discursos, un apasionado romance, ellas se sobrepondrán a las falsas apariencias, e irán a encontrarse, aunque su destino final sea la nada.
Las palabras verdaderas, los versos más sentidos, los poemas más auténticos quedarán para siempre y volveremos a ellos cada vez que queramos recordarlos en el, no tan extraño, idioma de la poesía y el amor.

FICHA ARTÍSTICA
AMIGA
Dirección, escenografía, dramaturgia, coreografía y vestuario: Irina Kouberskaya
REPARTO:Rocío Osuna, Catarina de Azcárate
Iluminación: Eduardo Pérez de Carrera, Miguel Pérez-Muñoz
Una producción de Tribueñe
Espacio: Teatro Tribueñe
1 comentario
Después de leer la inconmensurable reseña del Magistral Poeta y Dramaturgo Alberto Morate,
quiero decir que encuentro muy interesante esta obra que habla del amor, con mayúsculas, que puede y debe de ser libre entre las personas sin que haya cortapisas entre los sexos, pues todos tenemos derecho a vivir nuestras vidas libremente con quien nos apetezca,me parece una obra muy interesante y además co magnífico elenco de dos magníficas Actrices,sf puede parar un rato muy agradable.