Laura Suárez y Marilena Muratori me llevan a plantearme algunas cuestiones que quiero sacar a colación aquí. Son situaciones en las que no sabemos cómo reaccionar cuando la muerte está presente. Es cierto que para la Muerte no estamos preparados y deberíamos verlo con normalidad y paz de espíritu, pero nadie nos ha enseñado.
¿Y si la muerte estuviera solo en las palabras? O como en la película de Alejandro Amenábar, “Los otros”, ¿no supiéramos que ya estamos muertos?
La cuestión es que en La huesera nos hablan de la muerte sin pronunciar palabra, pero sin ambages, ni tapujos, sin miedos y de frente, como algo que ocurre habitualmente y es inherente al ser humano, porque, como bien es sabido, la muerte forma parte de la vida.
Yo mismo, digo: nadie muere mientras se le recuerde. Y ahí es donde entra la dimensión espiritual, la que crea vida a partir del pensamiento, del sentimiento, de las emociones, de lo inconsciente.
Muerte sugerente, muerte serena, muerte inevitable y silente.
En La huesera nos presentan la muerte en forma de títeres, de seres de papel que cobran vida, aunque representen la muerte.
No se pierde la esencia de una persona con la muerte. Teatrinos de Trigo y LauraEnÓrbita nos cuentan un cuento y nos envuelven en silencios, en meditación, en sonrisas, en paz eterna, una nueva experiencia.
Cuando morimos prescindimos del yo, de ese ego luminiscente y constante en el que vivimos de forma incesante, para pasar a un estado de ser parte de lo que otros sienten.
Eso es lo que yo procuro cuando escribo poesía. Ponerme en las emociones de otros, no describirme a mí, sino descubrirme en otros, en lo que sienten, y devolverles, a modo de espejo reluciente, lo que desde dentro no puede verse.
Y en eso estamos. Sin perder el contacto con la realidad, sin perder la libertad individual y personal, sin perder las señas de identidad suficientes, convertirnos en parte de los otros, de tal manera que cuando llegue nuestra propia muerte, sean los demás los que nos lleven.
Hay que agradecer a Laura Suárez y Marilena Muratorique, de forma valiente, nos cuenten que hay que mirar las cosas desde otra perspectiva, aunque haya adversidades y estas, convertirlas en oportunidades. Eso no significa que eludamos el dolor, sino que lo afrontemos como algo evidente y consciente.
Además, lo hacen en un lenguaje poco común: el de títeres para adultos, en realidad, títeres para todos, mientras tengamos la fantasía suficiente para creer vivos a unos muñecos y notar y sentir sus sensaciones, sus miedos, sus frustraciones, sus alegrías, su expresividad.
La muerte es un momento difícil sí, pero igual que yo aconsejo a mis alumnos y amigos que se expresen, que no callen nada, que lo verbalicen para no dejarse nada dentro y caer en malas depresiones, Marilena Muratori y Laura Suárez nos dicen que miremos a la muerte cara a cara, no para enfrentarnos a ella, y mucho menos para tratar de esquivarla, (recuerdo aquí el romance de “El enamorado y la muerte”), sino más bien para ser capaces de comunicarnos incluso después de que la persona querida esté ausente. Y una buena forma de comunicación son los títeres, ¿por qué no? He aquí un buen ejemplo de ello.
Así, cuando seamos nosotros los protagonistas del desenlace, y no diré fatal, estaremos en la mente y en el recuerdo de aquellos que nos conocieron y, de alguna manera, sintieron cierto aprecio por lo que éramos.

FICHA ARTÍSTICA
LA HUESERA
Dirección: Laura Suárez
Idea original: Marilena Muratori, Laura Suárez
Manipulación: Marilena Muratori
Iluminación: Ana López
Música: Ersilia Prosperi
Producción: Teatrinosdetrigo, lauraenórbita
En colaboración con: Arteattiva
Espacio: Teatro Lagrada
1 comentario
Inconmensurable y sesudo comentario del Magistral Poeta y Dramaturgo Alberto Morate, que nos hace reflexionar acerca de la muerte, algo que yo temo y he temido desde niña, pero tenemos que darnos cuenta y pensar, que nadie podemos librarnos de ella,
Creo que la obra de títeres es muy buena y si tengo ocasión iré a verla.